jueves, 25 de noviembre de 2010

A las 5 de la Tarde: Federico Garcia Lorca

A las cinco de la tarde.
Eran las cinco en punto de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde.
Una espuerta de cal ya prevenida
a las cinco de la tarde.
Lo demás era muerte y sólo muerte
a las cinco de la tarde.

El viento se llevó los algodones
a las cinco de la tarde.
Y el óxido sembró cristal y níquel
a las cinco de la tarde.
Ya luchan la paloma y el leopardo
a las cinco de la tarde.
Y un muslo con un asta desolada
a las cinco de la tarde.
Comenzaron los sones de bordón
a las cinco de la tarde.
Las campanas de arsénico y el humo
a las cinco de la tarde.
En las esquinas grupos de silencio
a las cinco de la tarde.
¡Y el toro solo corazón arriba!
a las cinco de la tarde.
Cuando el sudor de nieve fué llegando
a las cinco de la tarde
cuando la plaza se cubrió de yodo
a las cinco de la tarde,
la muerte puso huevos en la herida
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
A las cinco en Punto de la tarde.

Un ataúd con ruedas es la cama
a las cinco de la tarde.
Huesos y flautas suenan en su oído
a las cinco de la tarde.
El toro ya mugía por su frente
a las cinco de la tarde.
El cuarto se irisaba de agonía
a las cinco de la tarde.
A lo lejos ya viene la gangrena
a las cinco de la tarde.
Trompa de lirio por las verdes ingles
a las cinco de la tarde.
Las heridas quemaban como soles
a las cinco de la tarde,
y el gentío rompía las ventanas
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
¡Ay, qué terribles cinco de la tarde!
¡Eran las cinco en todos los relojes!
¡Eran las cinco en sombra de la tarde!

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Poema de Federico Garcia Lorca

Suite del agua.

País


En el agua negra,
árboles yacentes,
margaritas
y amapolas.

Por el camino muerto
van tres bueyes.

Por el aire,
el ruiseñor,
corazón del árbol

...oooOOOooo...


Temblor

En mi memoria tendría
con un recuerdo de plata,
piedra de rocío.

En el campo sin monte
una laguna clara,
manantial apagado.

...oooOOOooo...


Curva

Con un lirio en la mano
te dejo.
¡Amor de mi noche!
Y viudita de mi astro
te encuentro.

¡Domador de sombrías
mariposas!
Sigo por mi camino.
Al cabo de mil años
me verás.
¡Amor de mi noche!

Por la vereda azul,
domador de sombrías
estrellas
seguiré mi camino.

Hasta que el Universo
quepa en mi corazón.

...oooOOOooo...


Colmena

¡Vivimos en celdas
de cristal,
en colmena de aire!
Nos besamos a través
de cristal.
¡Maravillosa cárcel,
cuya puerta
es la luna!

...oooOOOooo...


Norte

Las estrellas frías
sobre los caminos.

Hay quien va y quien viene
por selvas de humo.
Las cabañas suspiran
bajo la aurora perpetua.

En el golpe
del hacha
valles y bosques tienen
un temblor de cisterna.
¡En el golpe
del hacha!

...oooOOOooo...


Sur

Sur,
espejismo,
reflejo.

Da lo mismo decir
estrella que naranja,
cauce que cielo.

¡Oh la flecha,
la flecha!
El Sur
es eso:
una flecha de oro,
sin blanco, sobre el viento.

...oooOOOooo...


Este

Escala de aroma
que baja
al Sur
(por grandes conjuntos).

...oooOOOooo...


Oeste

Escala de luna
que asciende
al Norte
(cromática).

...oooOOOooo...

Federico Garcia Lorca - "Viaje a la Luna" Part 1/2

Federico Garcia Lorca - "Viaje a la Luna" Part 2/2

Retrato de Federico Garcia Lorca

martes, 23 de noviembre de 2010

Federico Garcia Lorca

FEDERICO GARCIA LORCA: Tres maravillosos poemas

ÁRBOL DE CANCIÓN

PARA ANA MARÍA DALÍ


Caña de voz y gesto,
una vez y otra vez
tiembla sin esperanza
en el aire de ayer.

La niña suspirando
lo quería coger;
pero llegaba siempre
un minuto después.

¡Ay sol! ¡Ay luna, luna!
Un minuto después.
Sesenta flores grises
enredaban sus pies.

Mira cómo se mece
una vez y otra vez,
virgen de flor y rama,
en el aire de ayer.

POEMA DE LA SOLEÁ

¡AY!

El grito deja en el viento
una sombra de ciprés.

(Dejadme en este campo,
llorando).

Todo se ha roto en el mundo.
No queda más que el silencio.

(Dejadme en este campo,
llorando).

El horizonte sin luz
está mordido de hogueras.
(Ya os he dicho que me dejéis
en este campo,
llorando).

**********

Yo sé que mi perfil será tranquilo
en el norte de un cielo sin reflejo:
Mercurio de vigilia, casto espejo
donde se quiebre el pulso de mi estilo.

Que si la yedra y el frescor del hilo
fue la norma del cuerpo que yo dejo,
mi perfil en la arena será un viejo
silencio sin rubor de cocodrilo.

Y aunque nunca tendrá sabor de llama
mi lengua de palomas ateridas
sino desierto gusto de retama,

libre signo de normas oprimidas
seré, en el cuello de la yerta rama
y en el sinfín de dalias doloridas.

jueves, 28 de octubre de 2010

EL POETA

EL POETA

El poeta trae de lejos la palabra
Al poeta lo lleva lejos la palabra
Entre sí y no, por baches indirectos
de parábolas, signos, planetas,
hasta lanzándose desde el campanario
agarra un garfio, pues el camino del cometa

es el camino del poeta. Casuales eslabones
ése es su enlace. Mirar las estrellas
de nada sirve, en el calendario
no se pronostican los eclipses del poeta

él es el que desordena los naipes,
falsea el peso y las cuentas,
el preguntón en el pupitre,
el que a Kant para el arrastre deja.

El que en el pétreo foso de La Bastilla
es como un árbol que crece en su belleza...
aquel de huellas siempre desaparecidas,
él que es el tren al que cualquiera
llega tarde,
su camino es el de los cometas.

El camino del poeta arde pero no calienta,
arranca pero no cría, estalla y se quiebra
tu camino es de enredadas cabelleras
no pronosticado en el calendario del poeta

MARINA TSVIETÁIEVA (Rusia)

De: N.N

Si fuera posible salir, preguntar, señalar el arma (la cabeza pide por ella); si fuera posible preguntar mil veces por el mismo objeto, hablar fuertemente y desgarrar todo, delante, lo que está al frente, en el rostro que parece perturbado; salir de allí y preguntar, casi dentro de la cabeza, en la cabeza y el vacío del miedo que llena. con el aliento perdido, un hueco que queda muy en el medio; si fuera posible señalar con algo diferente que la voz, y esperar, desde la sombra, a que todo se haga lo suficientemente público para preguntar, en sus cabezas, por el hueco que se hace, el que no llenan los de un lado, el que llena cualquiera y que al miedo no le basta; si fuera posible preguntar por las bocas abiertas y esperar a que algo salga, que dé razón de lo perdido; si fuera posible no buscar tanto y poder tomar la mano en cualquier momento, sin sentirla fría o cálida (de tanto estar guardada); si fuera posible poner de frente la mano, con la ayuda que sea necesaria, para que ésta pregunte y dé respuesta a quienes tanto callan.

N.N

miércoles, 27 de octubre de 2010

Presentación Revista K-OsMot's (2° Número)

Presentación

Tal vez esta escritura no pasará de aquí, acaso se lea y se pregunte por ésta; pero no queda nada más que aquello indefinible, indefendible y la página nuevamente en blanco (no sería nada nuevo, ni siquiera deberíamos contarlo), aquello inmemorial que ni se quedó ni mucho menos partió. Evidentemente la inoportunidad no cesa –quisiera uno parar esto–, el tartamudeo sigue aquí, donde todos hablan tan claro. Ciertamente el murmullo que se escucha alrededor de nuestras palabras no es menos ruidoso ni molesto como para prestar demasiada atención a éste, desearía uno que el errar no fuera tan grave, tan terrible; sin embargo aquí se está y, tal vez, falta mucho para que cese este parloteo ininterrumpido (¿qué irrupción habría si el estrépito es tan nuestro?), que parece no tener fin.
Tal vez sea excesivo repetir el mismo estruendo y pedir disculpas por éste, divagar torpemente cerca del muro, de la orilla, del espejo; tal vez sea demasiado excesivo pedir, de lejos, pero esta es la inoportunidad que parece volver incesantemente cuando sentir la vida no deja tiempo para mucho.
Tal vez la palabra prestada, más ausente que la nuestra, no deja de señalar la inoportunidad que se abre entre nosotros: igualmente prestados como cualquier otra cosa.

Tal vez si el gesto permanece (“presente” verdaderamente indecible, allí donde todo tiende a desaparecer), si lo mantuviéramos solo un momento, sería tan grato como no esperar una sonrisa diferente frente al espejo.

viernes, 15 de octubre de 2010

Lo Público y la Universidad Pública

Siempre se ha pensado, por lo menos eso parece, que todo aquello que se dice pertenece a la esfera de lo público implica una apropiación de esto o aquello, a saber: esto es mío, aquello es mío, lo público es mío. Pues bien, suponiendo que esto fuese de tal manera que, todos siendo dueños de todo, dijéramos a las empresas del servicio de transporte público que nos dieran nuestra comisión, pues, como es algo público, somos dueños de ello, y ellos tuvieran que hacerlo, se “quebrarían”, pero no, así no es, Ellos son unos pocos, por no decir que son casi nadie, son aquellos que dominan, que monopolizan, y el carácter de público de sus empresas radica en el hecho de que gracias a las personas del común y corriente de la sociedad se sustentan sus empresas y familias, por tal razón, el pensar lo público para este caso radica en lo siguiente: lo público es aquello que sustentamos todos pero de lo cual no recibimos ganancias y mucho menos somos dueños.

Es decir, y a lo que se apunta en este caso con esta reflexión o como se le quiera llamar, es que, siendo optimistas, pesimistas, idealistas, o todos los ístas que se quieran, lo público no pertenece a Todos, más bien es todo aquello tan impersonal que se encuentra en la sociedad de consumo o de in-consumo, o simplemente en la mera sociedad. Se trata de pensar lo público como aquello que es de todos y para todos, pero este es sin la carga de apropiación (esto o aquello es mío) que siempre se le da. Pues poniendo el caso de las Universidades Públicas –U. de A.- y a propósito de la coyuntura actual, la comunidad piensa que este tipo de universidades pertenece a todo el mundo y se jactan diciendo: “la universidad es mía” “la universidad es de todos” “los que mandamos somos los estudiantes” “esto es del pueblo y para el pueblo”, qué fantástico resulta escuchar esto, pues en palabras todo aquello parece hermoso y como si realmente funcionara, pero NO, la universidad sólo le pertenece al Estado y le pertenece al pueblo por el hecho de que es éste –el pueblo, sus impuestos- lo que la mantiene viva, pero ésta no es razón para pensar que la gente con la universidad puede hacer lo que se le antoje, No. Pues es para el uso, disfrute y cultivación intelectual de todos, pero no para que por culpa de unos cuantos todo se “venga al carajo” y hagan de ella algo semejante a X o Y lugares de la ciudad, pues siempre han estado, pero como se dice popularmente: “se lo boletearon”.

Se nombran rectores, decanos, secretarios, etc., etc., etc. (y todo lo oculto en los etc.) para que controlen y gobiernen la universidad, lo que se supone “es de todos y para todos”. Lo que siempre se ha pensado: que es de la ciudad y todo eso, pero no, no es así, ya no sólo está destinada a una sola región, sino que gentes de todo el país y del mundo hacen en ella lo mismo que cualquier otro estudiante o habitante de la Universidad Pública, así que pensar en identidades y sentidos de pertenencia están fuera de lugar en la época actual. Lo público, para este caso la universidad, se convierte en el lugar propicio para llevar a cabo todas las “marañas” y sometimientos que a unos cuantos se le antoja, pues la idea suprema de pensar la Universidad Pública como aquello que pertenece a Todos se distorsionó y malinterpretó tan abruptamente que toda la ciudad se metió en ella: los drogadictos, “gamines”, “neas”, “patos”, ¡hasta la fuerza pública, por favor!, la gente que va sólo a conciertos, etc., etc., etc., y todo lo demás; es decir, la universidad se convirtió en un lugar tan parecido al centro de la ciudad, pues casi que hay casinos clandestinos, ventas que no permiten el caminar tranquilo y prácticamente no dejan mesas libres para sentarse a las personas cualquiera, en fin, el caso aquí no se trata de ver esto como puntos negativos, sino como claros ejemplos de la transgresión, malinterpretación y tergiversación de lo público: creer que es –lo público- el espacio donde todo es de todos, por tal razón mío y en consecuencia hago lo que quiero.

La esfera de la Universidad Pública lleva unos niveles de privacidad extremos, pues nadie realmente sabe qué pasa en ese lugar, y los que, en apariencia, saben la respuesta se quedan callados y siguen tejiendo la red que llevará al caos, al desastre a ya no pensar en la apropiación de la universidad, sino a vivir en la expropiación de ella. Toda la comunidad universitaria y visitante son los culpables de la situación actual de la universidad, y cuando se hace referencia a Todos se está queriendo decir TODOS, sin excepción alguna, desde el estudiante más “mojigato” hasta el más “nerd”, “cuadernero”, “zolapado”, etc., etc., etc., (bis) claro, también desde el profesor más borracho, más “teso”, más arrogante, más capacitado, PH D en tal o cual cosa, hasta el cargo más alto de la universidad –mejor no hacer mención a éste, la culpa es de Todos, así que la solución debería ser de Todos, pero, como es bien sabido en “la viña del señor”, siempre manda el montoncito que decide lo que va y no va a pasar.

En síntesis, la idea que se propone con esto no es criticar, salvar, o denunciar (demás que todo eso también, pero es lo menos importante), sino de hacer pensar lo público en los términos reales de esto, es decir, aterrizar y bajarse de la nube que hace pensar que esto es mío y aquello es mío y todo es mío (si se le da trascendencia a esto en otro campo tal vez sea posible), sino, más bien, pensar que lo público es del Estado, y todas las voces pueden manifestarse, sí, obvio que sí, pero no implica que sea la única y última voz, si se quiere hacer algo que de verdad solucione algo pues se hace, pero no con un “puñado” gritando en la misma calle todas la veces, sino algo que se extienda, algo que provoque un caos, la parálisis, la pérdida de tiempo, dinero y vidas si es posible, una puesta en marcha de una acción popular, ejemplos claros: lo sucedido en Grecia hace unos meses, en Bolivia, en Francia allá antaño, o en España allá más antaño, o lo sucedido hoy en Ecuador, cosas que de verdad se sientan para lograr un cambio; el diálogo en teoría es lo más conveniente, pero en un país en dónde el 90% o más de la población no escucha ¿qué se puede hacer?

N.N

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Quien es Klaus Nomi

Klaus Sperber (Immenstadt im Allgäu, 24 de enero de 1944 – Nueva York, 6 de agosto de 1983) mejor conocido como Klaus Nomi, era un contratenor de origen alemán, que ha sido vastamente reconocido por sus únicas e inusuales interpretaciones vocales y por fusionar la ópera con el rock y el pop. Nomi ha sido recordado por sus extravagantes actuaciones teatrales, su maquillaje recargado, su vestuario futurista, y su peinado único y estilizado que exageraba las entradas de su cabello. Especialmente buscaba dar la imagen de que era un extraterrestre que había caído de una galaxia más glamorosa para cantar a través de su condición de falsetto. Sus composiciones musicales eran singulares, y abarcaban desde interpretaciones en sintetizador de la ópera clásica y hasta varias versiones de canciones de pop.

Klaus Nomi - Ding Dong The Witch Is Dead



Klaus Nomi

Por: Juan Rodrigo Garces

Klaus Nomi



Klaus Nomi - Nomi Song

Klaus Nomi Por: Juan Rodrigo Garces




Klaus Nomi

Por: Juan Rodrigo Garces

jueves, 23 de septiembre de 2010

EL POETA

EL POETA

El poeta trae de lejos la palabra
Al poeta lo lleva lejos la palabra
Entre sí y no, por baches indirectos
de parábolas, signos, planetas,
hasta lanzándose desde el campanario
agarra un garfio, pues el camino del cometa
es el camino del poeta. Casuales eslabones
ése es su enlace. Mirar las estrellas
de nada sirve, en el calendario
no se pronostican los eclipses del poeta
él es el que desordena los naipes,
falsea el peso y las cuentas,
el preguntón en el pupitre,
el que a Kant para el arrastre deja.
El que en el pétreo foso de La Bastilla
es como un árbol que crece en su belleza...
aquel de huellas siempre desaparecidas,
él que es el tren al que cualquiera
llega tarde,
su camino es el de los cometas.
El camino del poeta arde pero no calienta,
arranca pero no cría, estalla y se quiebra
tu camino es de enredadas cabelleras
no pronosticado en el calendario del poeta


Marina Tsvietáieva (Rusia)

Franz Von Bayros




Franz Von Bayros

viernes, 3 de septiembre de 2010

Fragmento de Agrafé

Duerme encerrado en la habitación
como en un cubo de agua
que flota pesado
en la incipiente claridad del día.

Más tarde, despertará
y si tiene suerte, oirá
el canto opaco del búho
invisible

Entonces descubrirá
con pánico sosegado
que el cubo de agua
sigue flotando allí
oscuro y pesado.

Julius

jueves, 19 de agosto de 2010

UNA PIEDRA

Los libros, eso que desgarró,
La página devastada, pero la luz
Sobre la página, el crecimiento de la luz
Comprendió que volvía a ser la página blanca.

Salió. La figura del mundo, desgarrada,
Le pareció una belleza diferente más humana
La mano del cielo buscaba su mano en el juego de las sombras
La piedra, donde ve que su nombre se borra,
Se entreabría, se hacía una palabra.

Yves Bonnefoy

domingo, 1 de agosto de 2010

ALEJANDRA PIZARNIK - EL DESPERTAR

EL DESPERTAR
Alejandra Pizarnik

A León Ostrov

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y se ha volado
y mi corazón está loco
porque aúlla a la muerte
y sonríe detrás del viento
y mis delirios

Qué haré con el miedo
Qué haré con el miedo

Ya no baila la luz en mi sonrisa
ni las estaciones queman palomas en mis ideas
Mis manos se han desnudado
y se han ido donde la muerte
enseña a vivir a los muertos

Señor
El aire me castiga el ser
Detrás del aire hay monstruos
que beben de mi sangre

Es el desastre
Es la hora del vacío no vacío
Es el instante de poner cerrojo a los labios
oír a los condenados gritar
contemplar a cada uno de mis nombres
ahorcados en la nada.

Señor
Tengo veinte años
También mis ojos tienen veinte años
y sin embargo no dicen nada

Señor
He consumado mi vida en un instante
La última inocencia estalló
Ahora es nunca o jamás
o simplemente fue

¿Cómo no me suicido frente a un espejo
y desaparezco para reaparecer en el mar
donde un gran barco me esperaría
con las luces encendidas?

¿Cómo no me extraigo las venas
y hago con ellas una escala
para huir al otro lado de la noche?

El principio ha dado luz al final
Todo continuará igual
Las sonrisas gastadas
El interés interesado

Las gesticulaciones que reme dan amor
Todo continuará igual
Pero mis brazos insisten en abrazar el mundo
porque aún no les enseñaron que ya es demasiado tarde

Señor
Arroja los féretros de mi sangre

Recuerdo mi niñez
cuando yo era una anciana
Las flores morían en mis manos
porque la danza salvaje de la alegría
les destruía el corazón

Recuerdo las negras mañanas del sol
cuando era niña
es decir ayer
es decir hace siglos

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y ha devorado mis esperanzas

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
Qué haré con el miedo

(Las aventuras perdidas, 1.958)


ALEJANDRA PIZARNIK

sábado, 24 de julio de 2010

Devastación


DEVASTACIÓN

Sobre una pintura de Beksinski



Beksinski nació en Sanok, Polonia (1929-2005). Este pintor y fotógrafo contemporáneo, tal vez el más representativo del arte polaco, brilla por su peculiar manejo técnico y su incomparable desarrollo temático. En Cracovia estudió arquitectura, lo cual se hace evidente en gran parte de su obra, y de regreso a su pueblo natal trabajó durante un tiempo ejerciendo con desgano su profesión, en esta misma época -alrededor de 1955- incursionó en el arte, asunto al que dedicaría el resto de su vida.
Su obra no presenta en general grandes cambios ni giros conceptuales, lo cual en ningún momento indica que su obra haya caído en determinaciones cíclicas, reiteraciones aburridoras y mucho menos en la auto-imitación. Cada pintura, cada fotografía, logra en sí misma la expresión más alta de lo que allí se despliega. A menudo se le ubica en el movimiento del surrealismo mágico, de hecho él mismo nombra parte de su desarrollo (desde inicios de los 70 hasta finales de los 80) "Periodo fantástico", momento que lo ha hecho reconocido por sus características visiones apocalípticas y desgarradoras con gran precisión en el detalle y en el contenido conceptual. No obstante, es mejor evitarse la molestia de encasillar a un artista tan grandioso y de agotar la relevancia de su obra en la correspondencia a un movimiento artístico específico. Su obra se despliega sobre sí misma en lo inagotable, cada detalle obsesiva y meticulosamente puesto, cada tono especialmente preparado para lograr eso que allí se logra, son asuntos que no permiten captarla por fuera de ella.
Luego en 1977 antes de irse a Varsovia quemó varclásica, o que murió apuñalado por negarse a prestarle dinero al
hijo de la señora que se encargaba de sus cuidados, o que murió en el mismo mes en que nació, o sea, en febrero. En cambio sí interesa contundentemente el hecho de que su obra tenga un desarrollo temático tan persistente y evidenciado, que tenga un hilo conductor tan claro: La devastación.
Sus obras siempre reflejan la caída, el derrumbe, la deformidad, allí todo deviene hueso, alambre, ruinas, cementerio, niebla, donde lo que se establece claramente no es claro, amalgama indeterminada, confluencia de restos, calaveras, espectros, desgarramientos, extravío, distancias, desfiguración. Pero ¿no expresa esto más allá de un desvanecimiento particular del artista la condición inmediata del hombre contemporáneo? ¿No es la devastación la experiencia que tiene el ser humano de sí mismo y del mundo?

II

¿Qué es la devastación? Es el desplome o el derrumbe de una edificación, la devastación es un agente impersonal, el devastador desaparece y lo que queda es lo devastado que evidencia la devastación como acontecimiento. La devastación
acontece en el tiempo fulminante, no perdura sino que se sucede a sí misma como huella que apunta hacia sí, es decir, ella nunca se hace presente, sino que siempre es presencia imperceptible, no se puede señalar, es lo que sobreviene y sólo deja el estrago. De la devastación sólo queda lo devastado como único signo, esa es su manifestación. Lo que cae reitera en una afirmación implacable su eficacia destructora, no deja nada en pie: Ruinas, escombros.
La devastación no se dice de aquello que desaparece sin más, por el contrario se dice de aquello que queda pero como derrota, como lo caído, las ruinas donde no provoca volver a construir, ella siempre alude a lo que queda, y lo que queda es su signo, su memoria imborrable, su eternidad.
No tiene el sentido de la demolición, pues demoler da paso a una nueva construcción, al contrario la devastación es el lugar desierto y lleno de escombros que permanece siempre como tal, ya sea aquí o allá, puesto que tampoco importa si lo devastado es esto o aquello, sino que lo devastado está ahí como evidencia de la devastación.
La devastación es lo insoportable, lo que siempre está por venir pero siempre ya se realizó, lo invencible porque no es algo contra lo que se puede hacer frente. Irremediablemente la devastación entraña el silencio atormentador que sigue al escándalo de la caída, la caída es desde cierto punto de vista hasta algo fantástico, sorprendente, pero después de la caída queda lo irreconocible, ante eso el mutismo es la única respuesta, gesto atónito, ella plasma el escozor terrible de lo que se avecina, se anuncia a sí misma como tal, como advenimiento que ya pasó y que pasará una y otra vez pues su prolongación no tiene fin. Nunca se desvela, tumbo todo, siempre deja con las manos vacías, hace de todo esfuerzo un acto inútil, no da cabida al recomienzo. Después de la devastación no queda más que lamentarse vanamente. Allí se ha perdido toda base, todo fundamento donde se puede erigir algo como el hombre desaparece, allí mismo el hombre es devastado.
La pintura de Beksinski se abre como el espacio de la devastación.

III

Esta pintura de Beksinski tiene tres componentes: El cielo, el rostro y la devastación.
El cielo, tal vez un cielo de ocaso por el tono amarillento, es el fondo, es decir, es el espacio donde se emplaza el rostro, tiene la peculiaridad de ser algo abierto y sin contornos. El cielo no es base ni terreno firme, sino que es donde no se puede erigir nada, se muestra siempre como algo distante e inaccesible (por algo es la imagen reconocida del paraíso), en el cielo ni siquiera puede mantenerse el polvo de manera inmóvil, allí todo es desplazado a la deriva por el viento, el efecto del cielo es la deriva, el extravío, no hay donde anclar, allí se flota y se sucumbe pues es el reino de la fragilidad. Cuando algo no tiene base se dice que está en el aire -como ese rostro está en ese cielo-.
De manera que el cielo es lo que antecede a la devastación, ya que él impide que allí se construya firmemente, el cielo propicia la fragilidad mediante la cual la devastación toma más fuerza, de hecho, el cielo mismo es la devastación pero bajo otra forma. El cielo mismo en esta pintura es el espacio de la devastación.
El rostro que está caracterizado por no pertenecer a alguien en particular, es el de cualquiera, indeterminado, sin límites. No representa en ningún momento lo logrado de un sujeto determinado o la posibilidad de lograrse, al contrario evidencia lo inacabado, el proceso inconcluso, la exhaustiva construcción columna por columna, es edificación no terminada que no encierra nada, pues dentro de dicho rostro no hay nada, así como dentro de una calavera no hay nada, es decir, espacio vacío ensombrecido por los huesos. El proyecto de construcción es entonces de antemano una empresa inútil ya que ahí no hay nada, no obstante se da una forma, forma de rostro que pretende establecerse allí donde nada se puede establecer, en el cielo.
Negligentemente pretende erigirse un rostro que nunca podrá ser concluido en el espacio donde no se puede erigir nada. Así el rostro no puede ser algo distinto que lo devastado, y en ese sentido señala la devastación, es su signo, su huella indeleble.
Ese rostro se viene abajo, se derrumba antes de ser concluido, y el cielo se funde entonces con la polvareda que la caída causa, la devastación pues acontece y borra los límites que desde el principio estaban precariamente definidos, y disuelve todo en lo abierto y conlleva al desarraigo definitivo, incluso desaparece el espacio vacío y negro que se hallaba dentro de la construcción, y el cielo se filtra de nuevo por entre las fisuras. El rostro deviene primero fragmentación y luego polvo, es decir, escombros, ruinas dispersas en el aire. Experiencia que el mismo Beksinski tuvo:
"Pero mientras ocasionalmente parezca que yo sé que es lo que estoy pensando, y que estoy pensando lo que pienso, y que eso me haga sentir bien como para decirle a alguien más lo que pienso que he estado pensando; estoy seguro de que no sé nada sobre mi pasado excepto todo, pero todo es lo mismo que nada"
A fin de cuentas, lo que se emplaza en el espacio que la pintura ha abierto no es el cielo ni el rostro, es la devastación.
Tal vez la certeza del derrumbe y de lo vano de erigirse como proyecto sabiendo de antemano el resultado, es decir, la inminencia de la devastación, su proximidad apremiante y continua, llevó a Beksinski a decir de su vida esto:
"Presumiblemente, nací, y haré mi mejor esfuerzo para no morir, pero estoy seguro de que no lo conseguiré"


Andrés Ramírez