Al Claro Ficticio de Estos
Espejos[1]
Ludovic Janvier (Francia)
A continuación Kaosmot's les presenta este relato del autor francés L. Janvier. En éste se nota cierto aire de erotismo, romanticismo y simbolismo. Así como un juego con el lenguaje bastante particular y muy utilizado por los poetas del siglo XX. Un lenguaje no-lenguaje articulado.
Una sensación de perplejidad es lo que deja este texto que, sin más preámbulo, les presentamos y esperamos sean capaces de digerir con facilidad, de no ser así, mucho mejor, pues queda clara la intención del autor: dar libertad de coacción, unión e interpretación al lector; aquí está, aquí lo tienen:
***
La historia de hoy será: yo de pie él me mira
fijamente aplastado en el suelo frío el aparejo a la mano primero luego el ojo
derecho no el izquierdo disimulado detrás el otro es absorbido por el parpado
plegado luego los dos ojos desaparecidos ahora se arrastra al avanzar hacia mí
para tocarme luego recula piernas separadas ayudándose de las rodillas veo el
pantalón que vuelve a subir a lo lejos de las pantorrillas redirecciona un poco
la cabeza para apuntar mejor, tirar mejor voy a tener frío colado de viento
fresco entre marco y larguero de la ventana mal juntos veo nubes por el cielo,
invento formas vientre manos sus
manos en las largas venas cierran los ojos
calientes en ustedes [2]
abren los ojos ellas están ahí manos
nariz pelusas se estiran en el azul mírame dice él yo giro la cabeza de un
golpe oculta aparejo y celda el rostro crispado está al descubierto cae la
cabeza en sus manos en las largas venas no he querido estar distraído pero no
es eso para mí que tiene de eso es eso en él mismo busca qué yo no él
tamborilea con los dos puños en la piel de cabra hace falta que yo circule el
frío gana mis pies él ha reposado la piel de cabra bajo él hace dos o tres
gruesos pliegues y los puños bajo el mentón codos en las baldosas me mira claros ojos los encuentro misteriosos me mira él dice ya más ahí parte que tú
eres de la misma fuga él continúa pero espera yo la tendría tu piel pálida
quemada febril fresca si hace falta la devolveré la tomaré desde tan cerca que
la mirada estará dentro para ver para recorrer el interior todo lo que vive
debajo de eso y mantiene eso visible humores redes intercambios espesores todo
lo que nutre esta epidermis y que quiero explicar comprendes no solamente el
blanco ni la sombra sino soberana la densidad el alimento bajo el relieve todo
lo que se acaba en el dulzor de ese relieve para poro a poro retrazar el perfil inclinarlo por
morir respira dice él él ha dicho respira que yo te siento levantar carne y
piel ese viejo milagro yo respiro él se calla me mira fijamente tira me mira
fijamente yo nunca podré verme como él me ve las lámparas sobre la piel muy cerca
tengo calor estoy bien estírate más dice él yo obedezco se ha sentado en la
bajada de lecho ha inclinado la lámpara de la cabecera hacia mi seno izquierdo
tengo más calor aún mi piel se hincha pero no no me mira dice él duerme o sueña
o piensa no tus ojos volteados hacia mí ni siquiera abiertos te quiero cerrada
piensa en tus venas en tus mucosas en el recorrido de tu sangre en todos los
licores los humores que en este momento destilan no dice nada más he cerrado
los ojos dulzor del cielo a seis
horas el rosa he cerrado los ojos
escucho algunos ruidos lejanos a algunos centímetros voy a dormirme calor de su
mano no lejos de mi talla de mi vientre de mis muslos ella vuelve a subir hacia
el cuello él se ha detenido de respirar debe pasear por la celda encima de mi
piel un ruido de metal sobre la mesa base la habrá puesto habrá tomado el
aparejo escucho el frote de la camisa contra el jersey por este calor ha
guardado su jersey espero que rapte de cuando en cuando es un shetland[3]
choque del aparejo es un shetland el
aparejo choca aún mi piel por destellos se inscribe en la gelatina paisaje de
algunos decímetros de algunos centímetros y para el ojo este será el
levantamiento de la epidermis hacia la enorme dulce hinchazón del seno o su división
en los dos dobladillos de los labios o su estiramiento sobre la jaula de los
lados hacia la pálida playa del vientre y la crecida hacia el pubis o la
división aún si es la mano hacia los dedos alargados cada uno su sombra sobre
la piel plena del muslo izquierdo donde tengo tanto calor en este momento
aprendo a ver dice él él me mira fijamente tira lo escucho bien no me molesta
no se mueve no me muevo
levántate
me levanto vístete de nuevo me visto de nuevo él gira en redondo como a la caza
cabeza bajada he terminado se detiene ligera la lana del tejido de punto se
tiende sobre mis senos si quiere
hacer valer su el escote es
redondo sin bostezar quita[4]
quito quita aún estoy en camisa de noche ahora la transparente a través se
puede ver fresas de los senos soy yo su movimiento la curva del vientre lo
implano del ombligo error sobre la
persona he debido dormirme escucho
su voz dice el tul espumea encima de la espuma más sombrea el mal gusto sí el mal gusto amenaza
se aproxima dice espera espera esta luz
recula esta luz no él recula hasta la puerta si ahí adosa levanta el brazo
derecho el aparejo en la punta de la cual doblándole el cuero choca contra el
ante brazo pero baja el brazo ya eso no es lo que no no eso es demasiado ligero
demasiado seco dice adiós a la
suerte de encontrarse en la persecución de estos reflejos sí de estos reflejos
de una diferente eso es demasiado
seco me hace falta el agua no comprendo si el agua va en tu bañera dice que
vaya en mi bañera voy hacia la bañera hago vaciar el agua fría me ha seguido
guarda la camisa se diría un maniaco me mojo es demasiado frío no me ha quitado
su mirada sobre mí todos los pliegues cuando me vuelvo a dirigir a la caída de
tul pegado contra mí chorreante he hecho lo que me ha dicho cuál es la verdad que en el hilo de
estas palabras recula
se
ha separado vuelve sobre mí el aparejo en el sitio del rostro voy a salir de la
bañera el aparejo choca paso por encima el borde el agua chorrea pronto en el
enlosado el tul está helado contra mi piel el aparejo choca a mis pies es un charco
ahora el agua se extiende hacia los muros alrededor mío el aparejo choca él me
dice una mano contra ti el aparejo aún avanza avanzo sigo prendida
que
dejaras escapar algo por las ranuras camina yo camino que te rompes que te
olvidas de repente piensa en la rueda piensa en el caballo en tus cabellos dentro
del agua en ti ligera cuando gozas va viene hasta lo que diga sentencia por
ejemplo relato algo busco al caminar voy vengo busco eso yo lo he olvidado pero
qué poeta ha dicho de eso
cómo
fiarse de este nuevo desvío es
dicho de eso cresta y sílex y hierba sílex y hierba y creta y sílex camino me
mira al caminar y sílex y polvo y creta y sílex hierba hierba y sílex y creta cuándo
va a decir para sílex y creta sílex sílex y creta creta para estoy ante el
hielo los muros blancos están detrás de mí me dice avanzar aún avanzo soy yo desnuda
ante el alto espejo de frente luego de lado dice él de lado mi reflejo luego yo
luego los dos dice el aparejo en el rostro no escucho bien serás tú él está de
pie luego una pierna doblada a la derecha se recula una pierna doblada a la
izquierda luego los dos luego de rodillas luego invertido atrás se vuelve a
levantar se aproxima mira fijamente no abre tengo mal en los riñones tengo mal
en los ojos hace demasiado claro nada
no ha vuelto ha recargado el
aparejo mis manos mira fijamente abre mis ojos semejante mis senos tus senos nombra
mira fijamente tira de mi hombro mi cuello semejante tú dice él mis brazos
levanta dice él infantil extenuante pero levanto mira fijamente tira de mi
vientre tu vientre nombra semejante por la nuca los cabellos el ojo así tu ojo
dice él ruedas fibras rodajas fibrillas me ve no puedo verle choques mi ojo ha
pasado tu nuca nombra como tus cabellos
sí verse de espaldas yendo y viniendo la libertad como caen cuando caminas tu mano bastante tu mano dice él
que
esos vanos ornamentos que esos velos
bastante de esas imágenes bastante de esos gestos mundanos falsa claridad donde todo se anula
historia para nada
B
Soy yo quien va a retomar frente al espejo donde
ninguna otra figura se formará más que, si es posible, la mía. Evitar lo
reflexivo. Podría decir fácilmente: lo que me ha puesto hacia al espejo de estas
palabras (pero pienso no inventar nada y me debo añadir: lo que me pone y me
retiene frente al espejo de mi entrada, una vez la puerta abierta), es la
incertidumbre común, de donde lo necesito como se dice incoercible: el de
constatarse, de reconstruirse, quizá de constituirse, la única certidumbre
comprobándose la certidumbre de la imagen en los propios contornos por detenerse
al fin en otra parte constante del pensamiento, como se comprueba también la
certidumbre de estas palabras, trazadas por mi límite. No lo diré, viniendo de
decirlo. Bien. Soy yo pues quien va a
retomar, al claro provisorio de otras palabras.
Así:
del índice izquierdo apoyado bajo el párpado, soy yo, habiendo despegado éste
de la esclerótica un instante congestionada. Mirada. El deseo de ver dibujarse
en ese campo, palabras espejo, una aparición nítida de sí. Pequeño vaso
estallado a izquierda del iris, el iris del reflejo, el reflejo del ojo
izquierdo, azul. El párpado refleja su borde rosa rojo, sí mucoso, y sacado más
por el índice que apoya, vuelve a levantar bajo la línea de flotación en la
baja de la esclerótica normalmente oculta, que la pulgada del médico no tiene
miedo a las uñas siempre nítidas desprende para interrogar el estado general
del paciente, una red de vasos capilares de las cuales, pero el espectáculo es
poco atractivo toda cuenta hecha. El párpado retoma su sitio, el índice se
desata. Pero es mantenido cerca del ojo, dirigido, indicándole con la mirada
que va lentamente del dedo fino y delgado, bella expresión qué bella mano decía ella sí sobretodo
la izquierda reflejada la izquierda señalada la izquierda pues la otra está un
poco deformada por el ejercicio pequeño de la pelota vasca a mano desnuda con
una pelota de tenis contra un muro de pensión así pues eso no es del todo la
pelota vasca es que una mano sería
siempre más grande o más larga o más pesada que la otra como aquí donde domina
lo mayor deformado informado por la práctica quizás inconsiderada de la
escritura que va lentamente del
dedo fino y delgado luego al ojo, que va lentamente del ojo a él, de él al ojo,
reposo. Sonrisa. La sonrisa ceremonial, rito de reconocimiento, de reajuste,
por la complacencia de la cual hay juntura con un presentable diferente,
sonrisa como luego del lavado de los dientes por ejemplo, los dientes
examinados labios bien separados y la separación reduciéndose un poco hasta
significar, esmalte visible aún pero tensión muscular resuelta pliegues
reducidos hasta ellos solamente que, bien, hasta significar la sonrisa como, la
nítida sonrisa presentada por lo helado, yo. Es el muchacho que se le conoce, lleno
de salud, bella tez, la misma diferente, bello complemento de mirar, bello me para gustar. En el espejo esta
superficie de mí cuya pose desanima la exploración que es esto. Las mejillas
han vuelto a bajar, los labios retoman su sitio, los ojos al fondo de las
órbitas azules pequeños yendo de derecha a izquierda de izquierda a derecha
como si buscaran algo. Buscan algo. Al descubierto figura recubriéndose. Toda
la historia. Largo rostro detallado. Su rechazo. Que sea aproximado con todas
las preocupaciones dentro del espejo, y para la ceremonia de la mirada que sea
preparada por los ritos de la familiaridad, enmascarada para la prueba, sí,
pero que otro le ase en el curso de una expresión incontrolada, la parada en el
discurso, la tuya fuera de vigilancia, no, eso es. Vuelven a subir las
mejillas. Es la indulgencia del reposo. Por esta nueva luz todas las
preocupaciones han sido tomadas. Uno podría escucharse decir entonces: ¡pero écheme
el problema en esta organización! ¡Tiéndame esta figura hacia otro lugar! ¡Gíreme
esta mirada hacia el mundo, su campo, su historia! ¡Su cara es inevitable, pero
eso no es precisamente más que su cara! ¡No está hecha para ser vista por ella
misma, ya que es su cara! ¡Y el hambre de los otros, la muerte de los otros, la
prisión de los otros, y la cara de los otros! En efecto. De las sienes a la
raíz de la nariz
en efecto pero no hay aún respuesta he aquí los párpados sobre los cuales
el dedo humectado de saliva se pasea, luego la nariz, luego la boca. Contra
esta boca de otras bocas y la piel, caliente, de las lenguas en ella su lengua
dentro de otras, mucosas por estos labios y esta lengua rozados acariciados
recorridos, como con otros ojos estos ojos vistos mirados mirados fijamente
hasta lo que los párpados laten sobre el iris y pupila tendidos, como hacia
este espejo para este espejo: vidrio palabras tantos gestos han sido inscritos
tantas palabras pronunciadas. Así: desnudo, de frente, el aire asombrado. Así:
la puerta en seguida cerrada, desembarcando del afuera en el campo de los
reflejos, un breve vistazo a sí, ilegible. Así: desnudo, de frente, sexo en la
mano, el ridículo de la situación pero en fin soy yo, pasada la excitación y remangado
lo que fuera estaba fuera de estuche, sin testigo frente al espejo por sopesar
o acariciar el querido escroto. Así: ojo contra ojo su doble, superficie azul
yendo de la una a la otra superficie azul en lo plano del espejo con para único
reposo fuera de campo o mejor difuso el blanco de los muros, el asombro de la
máscara haciendo desaparecer lo asombrado en los iris próximos, alrededor de la
pupila una corona de amarillo que se difunde en el azul quizá la respuesta pase por estas
palabras que no habrá más que redecir
la esclerótica es bien propia. Luego retroceso, así: ojeras remontadas,
párpados plegados por un aire escuchado, malicioso va. Ficción. Así: la mirada
concentrada hacia la raíz de la nariz los ojos sin fijarlos ven los ojos su
doble en lo indistinto alrededor del punto fijado bella máscara lamentable figura alrededor del punto ficticio fingiendo
para la mirada de sí sobre sí paralizada
bastante espejo ficción sistema cerrado donde todo se anula en otro lugar en otro lugar por el
claro de otras palabras aquí más
nada no puede verse
B
Ciertamente estoy decepcionado, y le he decepcionado también. Mentir de más cerca.
Bien escuchado, ya que la denegación de la invención siempre es la invención de
la denegación. Pose sin fin. ¿Mientras que valen estos trazos?
Así pues: el deseo de mí al cual primero he
dado figura al pensar que me aproximaba, me alejaba. Imagen extraña perdiéndose
en la ilusión realista de sus reflejos. Sin embargo, soy yo. No, es mío[5].
No habiéndolo creído, he creído otra cosa: arreglarme para que las palabras no
me suelten más. Pero el espejo de las palabras no es más fiel para contener mi
imagen y reunirla en mí (qué ingenuidad), se aparece tan extraña como la figura
haciéndome frente al fondo del vidrio, inmovilizado. Sin embargo, soy yo. No,
es mío. Al hilo de las palabras, creo percibirme recorriendo este trazo hoy, es
como si las palabras, cuando “acercaba”, hubieran ido vaciándose de algo. Sin
embargo, permanezco en ellas. Y estas palabras, ahí, que acabo de escribir, de
lo que es bastante absurdo decir que se vacían o no se vacían, sucediendo a
esas dos apariciones tan ficticias la una como la otra y alejándolas para ver
mejor, no es ni más ni menos que ellas una tercera figura que me dibuja. Ni de
más cerca ni de más lejos. De lo que he, ni más ni menos que algunos de los
otros dos, de esperar mi confirmación.
Es posiblemente en virtud de todo eso que
Es tiempo que me detenga. Vamos (amo este
imperativo, su aire falso me va bien), si tengo alguna suerte, ya está en otro
lugar, quiero decir en l historia que mañana les reservo, y me cuento. Pues hoy
era poca cosa, al claro ficticio de estos espejos.
[1] Este texto se encuentra en Les Cahiers du Chemin, Enero de 1969.
[2] …sur vous vous fermez les yeux…
También podría traducirse: …en ustedes se cierran los ojos…
[3] Prenda tejida con lana de los carneros de las islas de Shetland,
Escocia.
[4] enlève: podría traducirse
por levanta, pero lo que se traduce anteriormente por levántate… es el verbo léver
que, igualmente, tiene estrecha relación con el verbo enléver.
[5] Hay aquí un juego que se pierde en español, pues en francés dice: “Pourtant, c’est moi. Non, c’est de moi.”
Lo que se ha traducido por: “Sin embargo,
soy yo. No, es mío.” Esta particularidad de la expresión c’est moi dificulta la traducción de la
segunda frase. En todo el texto, lo que ha sido traducido por “soy yo”, es en francés c’est moi.