Rechazo
Son más las palabras que no digo y que mis ojos gritan, es el gesto puntual que me predispone, es la sensación desesperada de no verte, de no tocarte, tenerte a kilómetros de mí, donde tu presencia sea menos que un rastro, un recuerdo, una idea que, en su momento, fue una fuerza motivadora y vibrante que iluminó las perspectivas de mi camino.
Son más las palabras que no digo y que mis ojos gritan, es el gesto puntual que me predispone, es la sensación desesperada de no verte, de no tocarte, tenerte a kilómetros de mí, donde tu presencia sea menos que un rastro, un recuerdo, una idea que, en su momento, fue una fuerza motivadora y vibrante que iluminó las perspectivas de mi camino.
Pensamiento
Tras la mirada incauta de la sonrisa traviesa, se esconde la inocencia fugaz del pensamiento elevado. Ese pensamiento que, en su momento, fue el resultado de la ruborosa imaginación adolecente y creativa, ahora se presenta espontanea y locuaz; no pretendo tenerle siempre ya que en ese fragmento que es mi tiempo, la multiplicidad me adsorbe dejándome por completo enajenada y taciturna.
Tras la mirada incauta de la sonrisa traviesa, se esconde la inocencia fugaz del pensamiento elevado. Ese pensamiento que, en su momento, fue el resultado de la ruborosa imaginación adolecente y creativa, ahora se presenta espontanea y locuaz; no pretendo tenerle siempre ya que en ese fragmento que es mi tiempo, la multiplicidad me adsorbe dejándome por completo enajenada y taciturna.
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